SOCIEDAD:
CRISIS Y PRIORIDADES
Una
sociedad, en casos de crisis, ¿a quién debe de dedicar sus prioridades?
¿A las
personas? ¿ O a los organismos de la estructura de la sociedad?.
Se podría pensar y argumentar que los
organismos son los sistemas creados por la sociedad para utilizar sus
funciones de la manera adecuada para la
conservación y mejora de la misma sociedad. Por ello, si se desatienden, eso
podría conllevar graves daños al conjunto de la sociedad.
Según esta tesis, la atención a los organismos creados por la sociedad debe de
ser prioritaria, incluso por encima de las personas, puesto que, siempre según
esta creencia, si se desatiende a los organismos, que garantizan el
funcionamiento de las infraestructuras de la sociedad, y se acabaría por
perjudicar a las personas en un plazo medio o largo.
Una vez cubiertas todas las necesidades de
los organismos, si quedaren fondos, podría dedicarse la parte conveniente de
dichos fondos remanentes a subsanar en lo posible las necesidades acuciantes de
las personas que lo acrediten.
Dicho de manera más expeditiva: según los
seguidores de estas teorías, los seres humanos están al servicio de los
organismos y no al contrario, pues la mayoría de las personas pueden ser
fácilmente recambiable; las
organizaciones no pueden dejar de funcionar
aunque sea a costa de un número
determinado de personas.
Pero, claro está, la decisión de aplicar o
no cualquier teoría se halla en los
pensamientos y en las manos de los Dirigentes de la sociedad, es decir, de los
representantes de los ciudadanos: los políticos.
Un ejemplo, en cierta manera de esta teoría
del funcionalismo de las estructuras sobre las necesidades humanas, y definitorias de la manera de pensar de los
Dirigentes de la sociedad que aplican esta teoría de primar a los organismos
sobre los seres humanos la tenemos en el reciente caso producido en España, con
las más que generosas ayudas concedidas por el gobierno y los Parlamentos al
sector bancario financiero, mientras que se dice que no hay dinero para
sanidad, educación, servicios sociales, seguridad, cultura...Y eso que, entre
esas personas había incluidos –como se dice ahora--, muchos niños en riesgo de
Exclusión ¿social?; no; Vital.
Sin embargo, la parte negativa de esa teoría
es que, pese a las ayudas concedidas a los organismos definidos por los
dirigentes como prioritarios, en este caso concreto, las entidades financieras, una considerable parte de los
seres humanos que forman paarte dl conjunto de la sociedad, han sido
abandonados a un fin como víctimas del sacrificio requerido para salvar a la
banca y a ciertos banqueros, hundiéndolos en la miseria, la desesperación y
condenados a una muerte lenta o a un descarnamiento de vida; a vivir casi como
humazombies, con apenas medios de supervivencia y el intenso dolor de ver
desplomarse a sus familias.
Incluso por esa falta de medios para vivir,
varias personas, en su desesperada impotencia y sin saber muy bien qué hacer,
optaron por suicidarse a causa de las decisiones de los dirigentes; los
políticos elegidos como sus representantes, los encargados de defender los
intereses de los ciudadanos.
Pero resulta que hay un apartado que apenas
es abordado con alguna profundidad: las organizaciones creadas y aceptadas por la sociedad para cumplir ciertos fines, como las entidades
financieras, están dirigidas por ciertas personas.
Unas personas que toman decisiones, las
cuales afectan a unos seres humanos, influyendo de manera decisiva en los
rumbos que puedan tomar sus vidas, sin que los seres humanos afectados tengan posibilidades
reales de resistir a los efectos negativos
ni de alegar contra ellos.
Y en una sociedad realmente civilizada,
debería de estar fuera de toda discusión el hecho de que las personas
encargadas de gestionar las entidades financieras –o de cualquier otro
sector--, en los casos en que su gestión perjudique notablemente y de
manera decisiva las vidas de un
considerable número de seres humanos, deberían de hallarse obligadas por ley a
responder de sus acciones ante los organismos legales adecuados, compuestos por
representantes de todas las clases sociales presentes en la sociedad.
Igualmente, y ante el mismo organismo,
deberían de responder los Dirigentes políticos como representantes de los
ciudadanos, para exponer con las pertinentes pruebas de que no existían otras
opciones (nombrándolas y desarrollándolas) más que las que se emplearon.
Obviamente, el órgano encargado de realizar estas audiencias debería de ser
absolutamente independiente de influencias de los implicados.
Personalmente, pienso que los seres humanos
deben de hallarse situados por encima de todos los organismos de la sociedad;
la sociedad debe de atender todo lo que pueda mejorar a las personas: sanidad,
educación, cultura, seguridad, ocio...
Si no es así, la sociedad existente debe de
ser rechazada como tal y proceder a su
modificación con la mayor perseverancia y medios adecuados al momento y
a las necesidades.
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