viernes, 27 de septiembre de 2013










EL ASESINATO DE  ASUNTA




El caso de esta niña, Asunta, que ha sido asesinada en Galicia, me tiene a las puertas de autoconsiderarme de cerebro débil, pues no comprendo lo que los informadores cuentan que sucedió.



   No comprendo cómo salta la información de que el móvil para asesinar a la niña fue que había sido nombrada heredera de las posesiones de los abuelos maternos; me resulta extraño el que los investigadores del crímen no desmintieran en el acto esa información, puesto que, si la estaban comprobando todavía, no tendrían tiempo de confirmarla. Pero, cuando aparece la noticia, las fuerzas policiales guardan silencio, sin apresurarse a negarla.  Al no hacerlo, lo que queda es una sensación de como si la policía fuera filtrando noticias del caso en cuanto éstas se producen, como si les urgiera ofrecer resultados de sus investigaciones.

¿Habría que contratarla?...



   Luego, tampoco acabo de entender cómo es que no se practican pruebas sobre las cuerdas encontradas cerca del cádaver de la niña para intentar averiguar si hay ADN (de una o más personas) en las cuerdas y a quién pertenece/n. Quizá eso dirigiría las investigaciones hacia objetivos más  sólidos.
   Realmente, lo que los periodistas titulan como “Muchas pruebas, pero ningún móvil en el crimen de la niña Asunta”, en lugar de pruebas, más bien parecen evidencias circunstanciales, me extraña que hablen de “pruebas” cuando, por ejemplo, se refieren a que las cuerdas encontradas  son parecidas a unas que se hallaron en el domicilio materno. Serán parecidas, pero  no son iguales, ¿entonces?. Lo mismo puede despertar sospechas que alejarlas, puesto que no son iguales. Vuelvo a repetir que deberían de analizar las cuerdas en busca de ADN.



Son ficciones, pero se  basan en realidades...


  También resulta llamativo el que digan que detienen al padre por “unas pruebas forenses que le  implican”. Pues que digan en concreto la naturaleza de esas pruebas y los cargos concretos que le formulan.
   Estos casos de asesinatos que levantan tanta expectación, lo que dejan, es una sensación de que como si las fuerzas policiales fuesen dando palos de ciego, recurriendo a seguir ciertos  tópicos protocolos (el entorno familiar, asediar a los primeros sospechosos que surgen descartando otras líneas de investigación...).Claro que, en muchos casos, estos protocolos dan buenos resultados, pero lo que parece, desde la distancia, es que se aplican en todos los casos, vengan o no a cuento. Y eso no es lo más recomendable para la adecuada imagen de eficacia y versatilidad de las fuerzas policiales.

Un  Maestro


   Por cierto, ahora mismo escucho que fueron “fuentes de la investigación” las que informaron a los periodistas de que el móvil del crimen podría ser que la niña era heredera de una gran fortuna. Me  imagino que algún mando averiguará quienes son “esas fuentes” que, sin aguardar la comprobación, se apresuran a facilitar noticias a los periodistas.

Sin aparatos, pero con cabeza y paciencia...

   Sean quienes sean los culpables, lo que las fuerzas investigadoras deberían cuidar igualmente es en desterrar esa imagen de querer dar la impresión de rápidez y eficacia (y cierto afán por salir en los medios marcándose galoncitos).

No seamos como ella; no cortemos cabezas antes de juzgar....


  Una investigación es tarea pausada, reiterativa y de constante aplicación de imaginación. Ya vendrán los resultados y el momento de ofrecer las informaciones debidamente contrastadas, sin prisas y bien hechas. 

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