RELACIONES.
CONOCIMIENTO
Me
fastidia en secreto, pero considerablemente, el hecho de que, cuando en una
reunión de cualquier clase, se inicia
una conversación, a las pocas palabras pronunciadas la otra persona (en
singular o plural), pregunta: “Y tú, ¿a qué te dedicas? “ o “¿De qué trabajas”,
o se inquiere de otra manera, pero desean saber el trabajo que uno hace, como
si fuesen Agencias Personales de Empleo.
Y es que, por desdicha, el trabajo,
como las enfermedades, nos resulta
indeseado; no refleja casi nada de nuestra
personalidad; es un factor ajeno a nosotros
Puede que me halle en pensamiento
equivocado, pero, creo que, en Ambientes de Establecimiento de Contactos (AEC),
que pueden ser pubs, bares, supermercados, gimnasios, puertos, aviones,
fábricas, oficinas y casi cualquier lugar o situación,
Lo más acertado sería interesarnos por los gustos o aficiones de la
persona que ha despertado nuestra simpatía o interés.
Por ejemplo, preguntarle por las películas
que le atraen, los libros que le place leer, las series de TV que le gustan,
los temas que le interesan, las músicas que escucha…
En mi
modificable opinión, esta sería una manera más adecuada para intentar anclar una relación: no comenzar
preguntando por el trabajo que hace la otra persona, sino por aquello que
despierta su interés.
De esa manera, tal vez avancemos en la exploración de la
auténtica manera de ser de la otra
persona, obteniendo más información sobre ella que nos permitirá decidir
si perseveramos en tratar de
acercarnos o desistir a los pocos intentos.
Pero lo más adecuado, repito, sería iniciar
los acercamientos interesándonos por los
gustos y aficiones de la persona de nuestro interés y nos daremos cuenta del vocabulario que
posee cuando hable de aquello que le gusta, pudiendo deducir sus conocimientos
reales, o puede que descubramos que finge un poco, si no tiene cierta
profundidad en los temas que afirma que le gustan.
También es importante el darnos cuenta del
tono y el gesto utilizados a fin de tomar en cuenta de la distancia existente
entre el arranque de temas que le gustan y la velocidad con la que va rebasando
los niveles emocionales del 0 al 10, por ejemplo.
Naturalmente, esto no quiere decir que nos
convirtamos en una especie de notarios de las emociones de los otros o
pretender ser como fríos analistas de ajenos caracteres. NOOO.
Al contrario, es un intento por construir puentes de humanidad
para conocernos tal como somos, fuera de los trabajos, muchas veces impuestos
por la necesidad o la injusticia.
Que podamos comunicarnos hablando de lo que
nos motiva, que nos mantiene más vivos,
realmente vivos, en contacto con nuestro corazón y con nuestro cerebro.
Salud y Buena Suerte.
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