AMOS, ESCLAVOS
Y JUSTICIA…
Estupefacto,
atónito, soy testigo forzado de la caída lenta en la pobreza de millones de personas, entre las que me
incluyo.
No acabo de comprender cómo Gobiernos
nacionales, de regiones, de ciudades, prácticamente de la noche a la mañana,
afirman haberse quedado sin dinero para
financiar la sanidad, para pagar las subvenciones a los familiares
de minusválidos, para hacer frente a las
subvenciones a los desempleados, a los desdichados que no pueden pagar la hipoteca…
Creo recordar que, allá por el año 2005, la
O.M.C. publicaba un informe que
aseguraba que había en el mundo unos 2. 500 millones de personas en la más absoluta pobreza. Y parece que los pobres que residen en las
ciudades lo pasan mucho peor que aquellos que viven en el campo.
En la llamada América Hispana, en 2010,
existían 177 millones de personas malviviendo en la pobreza, mientras que en
China eran 207 millones de seres humanos
en la pobreza extrema.
Y mientras bajan los salarios, los precios de
los alimentos han subido
hasta un
36 %, según el Banco Mundial…
Y la inmensa mayoría de habitantes del
planeta vemos, día a día, como nos arrebatan derechos que habíamos conquistado
(nuestros padres y abuelos, porque, la verdad, nosotros, no muchos), vemos como
los ricos son cada vez más ricos, y como escapan a las leyes haciendo leyes a
su medida…
Esta situación comienza a recordarme
aquellas frases del tío Nietzsche en las que afirmaba que en el mundo hay dos
clases: los Señores, para los que no rigen las leyes, y los Esclavos, que deben
sufrir y obedecer a los Amos…
Pero yo no termino de estar precisamente
contento con el papel de obediente esclavo que parece me han asignado, aunque
las leyes del Gobierno digan que todo lo que nos quitan está dentro de la
legalidad, pues, me parece a mí, que la Justicia se halla por encima de la ley…
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