lunes, 26 de noviembre de 2012




















AMOS,  ESCLAVOS  Y  JUSTICIA…



Estupefacto, atónito, soy testigo forzado de la caída lenta en la pobreza de  millones de personas, entre las que me incluyo.




  No acabo de comprender cómo Gobiernos nacionales, de regiones, de ciudades, prácticamente de la noche a la mañana, afirman haberse quedado sin dinero para  financiar la sanidad, para pagar las subvenciones a los familiares de  minusválidos, para hacer frente a las subvenciones a los desempleados, a los desdichados que no pueden pagar la hipoteca…


  Creo recordar que, allá por el año 2005, la O.M.C.  publicaba un informe que aseguraba  que había en el mundo  unos 2. 500 millones  de personas  en la más absoluta pobreza.  Y parece que los pobres que residen en las ciudades lo pasan mucho peor que aquellos que viven en el campo.




   En la llamada América Hispana, en 2010, existían 177 millones de personas malviviendo en la pobreza, mientras que en China eran  207 millones de seres humanos en la pobreza extrema.



















  Y mientras bajan los salarios, los precios de los alimentos han subido      
hasta un 36 %, según el Banco Mundial…












  Y la inmensa mayoría de habitantes del planeta vemos, día a día, como nos arrebatan derechos que habíamos conquistado (nuestros padres y abuelos, porque, la verdad, nosotros, no muchos), vemos como los ricos son cada vez más ricos, y como escapan a las leyes haciendo leyes a su medida…  










   Esta situación comienza a recordarme aquellas frases del tío Nietzsche en las que afirmaba que en el mundo hay dos clases: los Señores, para los que no rigen las leyes, y los Esclavos, que deben sufrir y obedecer a los Amos…



   Pero yo no termino de estar precisamente contento con el papel de obediente esclavo que parece me han asignado, aunque las leyes del Gobierno digan que todo lo que nos quitan está dentro de la legalidad, pues, me parece a mí, que la Justicia se halla por encima de la ley…


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