NÁUFRAGOS
He
visto el cuadro “Los náufragos del Medusa” obra del pintor francés, Gericault, y
he quedado bastante impresionado al conocer las circunstancias que llevaron al barco al desastre, especialmente por la
impericia del capitán y por la crueldad posterior de abandonar a los náufragos
a su suerte…
La
actitud de las autoridades, ejemplo de incompetencia, luego tratando de
silenciar lo sucedido, incluso dejando ver lo poco patriota que resultaba el
denunciar los hechos. Y, finalmente, lo blando de la condena al capitán que
había provocado la tragedia.
Encoge el corazón el leer como, durante la
navegación, algunos pasajeros, alarmados por la evidente impericia del capitán,
trataron de comunicarle su preocupación, pero el capitán les trató como niños y no les hizo el
menos caso, pese a que él era un completo ignorante en el difícil arte de
mandar buques; siguieron rectos a la tragedia.
Asombra la rapidez con la que los
abandonados en la balsa entraron en un
ciego torbellino de violencia entre ellos, matándose unos a otros, peleándose
por la comida y el agua…y debido a las peleas
cayeron al mar varios barriles de agua, esenciales para sobrevivir…
Todo fue un altar de estupidez, violencia,
desorganización, muestra palpable de lo absurdo del sistema gobernante, de cómo
los Amos ocultan sus errores ante el pueblo
y se protegen unos a otros eludiendo responsabilidades o reduciéndolas a
lo mínimo.
Y he pre-pensado en la situación que estamos padeciendo los trabajadores, los que
tenemos menos medios de subsistencia que las clases de Los Amos:
Al principio, navegábamos bastante bien,
disfrutábamos de ciertas comodidades y parecía que el viento nos llevaría hacia
una época de semanas de 35 horas y
tiempo para dedicarlo a nuestras aficiones
y amores…
Pero, de repente, encallamos en el banco de
arena de la burbuja inmobiliaria (en España); el barco (el sistema), del que no
nos habíamos ocupado casi nada por conocer sus posibles fallos (Decíamos:
Mientras navegue viento en popa…todo irá bien
se trata de ganar dinero y pasarlo bien. ¿Para qué preocuparse?).
Y entonces resultó que los oficiales (los
Dirigentes políticos) no estaban a la altura de los hechos; no tenían la
suficiente preparación…Y nos abandonaron al destino que ellos no supieron prevenir, no supieron
evitar cuando impactó, ni atenuar sus daños;
al contrario; nos arrebataron los posibles salvavidas (ciertos derechos
básicos que se habían conseguido).
Y ahora, Su Majestad el Rey nos exhorta a no
soñar quimeras; el Gobierno estudia el prohibir manifestaciones; nos dicen que
si mostramos nuestro descontento y enfado perjudicamos a “la marca España”,
cuando creíamos vivir en un país, resulta que subsistimos en una empresa
comercial…Mal dirigida por políticos,
marineros de charca, que obedecen las órdenes de banqueros residentes en
lejanas capitales y que no han sido elegidos en votación alguna para decidir nuestras vidas.
Tenemos el derecho de rechazar estos
Dirigentes políticos que nos están llevando a un naufragio en el que nos
ahogaremos mientras ellos se salvan.
Tenemos el derecho de rechazar aquello que
nos perjudica y exigir otras alternativas que aseguren la Calidad de Vida de la Mayoría de personas.
Y si los Dirigentes que tenemos no saben de
otras opciones, que dejen su lugar a
otros con mayor capacidad que creen
nuevas alternativas beneficiosas para
el pueblo y que sepan aplicarlas. Estaremos a su lado.
No quiero acabar como los náufragos del
Meduse
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