lunes, 28 de octubre de 2013




VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

Estoy algo desconcertado con la Asociación de Víctimas  del Terrorismo y la actitud de sus miembros; se han enterrado a sí mismos; se han anclado en los  desoladores momentos en los que, a algunos, les arrebataron de manera  brutal a un ser querido o les perpetraron  un  infame atentado que les privó de seguir llevando la vida que tenían, forzándoles a sumergirse en mares de dolor.
  

Hay que luchar para huir del Dolor, de la Ira..No vivir con ellos


  Pero, afortunadamente en estos casos, el tiempo va pasando. Y aquí viene la causa de mi desconcierto: esas personas de la AVT parecen continuar ancladas en aquellos días trágicos; reviviéndolos constantemente, hablando ante  todos los medios de su dolor, de sus familiares asesinados, dan la sensación de negarse a 

La Vida  nos ofrece a cada paso algo

esforzarse por superar la desgracia; al contrario, se diría que han elegido vivir en su negro pasado de muerte y dolor, como si se nutrieran de ellos.  Fueron otros quienes les destrozaron la vida, pero  son  esas víctimas  las que podrían intentar elegir el colocar límites a la intensidad  o la duración 
No siempre es plácida ni  fácil

del dolor o, por lo menos tratar de atenuarlo. 
El Horizonte está más cerca si nos acercamos


Sería bueno para ellos. Creo yo que deberían de refugiarse en los seres queridos vivos que les rodean; en aquellas cosas y objetos que les hagan sentirse vivos de nuevo. De esa manera estarían derrotando a los terroristas que intentaron destrozarles la vida.
  
El Dolor,  la Desesperación y la tristeza viven con nosotros 



Pero mientras hagan continua bandera de su dolor, de la tragedia que les golpeó, estarán dando el triunfo a los asesinos que lo intentaron, porque estarán demostrando que sí están muertos.
   La mejor manera, en mi discutible opinión, de  derrotar a los asesinos, es demostrarles que ellos, los que padecieron los atentados o sufrieron sus consecuencias, siguen vivos, son capaces de hablar de otras cosas, de interesarse por algo que les proporciona momentos de alegría, de ilusión.
   ¿Olvidar a los muertos?  ¿Olvidar la desgracia que les causaron los que les destrozaron la vida?.  No sería humano.  Pero sería poco humano el pensar constantemente en los momentos de dolor  obviando lo que la vida nos ofrece; es como dar contento a los asesinos.
   Y otro aspecto  que me desconcierta de este caso es la actitud de los psicólogos: siempre he leído y escuchado a expertos en psicología afirmar  que resulta fatal el encerrarse en el dolor, en utilizarlo como motivo esencial de la vida; sin embargo, no tengo noticias de que ningún psicólogo, ni  organización alguna, aparezca para aconsejar a las desdichadas víctimas  o sus allegados lo bueno que sería para ellos o las personas que les son cercanas, el evitar  el estar hablando siempre de la  desgracia que rompió sus vidas y del dolor que reviven constantemente. ¿No hay nadie que les diga que ésa es la actitud que deben evitar a toda costa?.  Unos asesinos les destrozaron sus vidas, pero ahora, son las propias víctimas las que se están matando ellas mismas a cada instante.

  
Hablar es fácil. Pero hay que avanzar, vivir por los Vivos, por la Vida, no para la muerte y la rabia


Para derrotar a los asesinos, es un deber el intentar vivir, interesarse por la vida, por los que viven, no se puede, ni se debe de vivir para la muerte ni tratar de usarla para justificar nuestras  debilidades; busquemos apoyos para vencer la muerte sin unirnos a ella.








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