Dos meses
después de ser reelegido como Presidente
de los Estados Unidos el señor Obama
tiene que hacer frente a lo que llaman “El Abismo Fiscal” ; parece que las
negociaciones para lograr un acuerdo en el presupuesto de la federación. Se cuelga en la percha de los “aventureros”
del Tea Party el traje de Toda la
Culpa ”, pero creo que ese traje tiene muchas prendas a
repartir.
Ahora el señor Obama puede que deba de
renunciar a su clamoreada promesa electoral
de subida de impuestos a los patrimonios más abundantes y, por el
contrario tenga que reducir ayudas a los
desempleados.
Pero esta situación de no cumplir firmes promesas electorales, que, en muchas
ocasiones, deciden el voto de miles de ciudadanos y, llegado el momento
real, hacer tragar sal a los
desfavorecidos y acabar dando miel a los que más tienen era fácil de prever las flechas que se
anuncia se lanzarán contra los privilegios de los poderosos acostumbran a
quedarse en el carcaj y perder sus puntas; sucede siempre.
En una buena actuación, el Presidente
interrumpe sus vacaciones para reanudar las negociaciones, es decir, hacer como
que va a darles un presidencial impulso
Pero –y desearía equivocarme--, me temo que,
al final del tiempo de establecer acuerdos, resultará que no se subirán los
impuestos a los más ricos y que se recortarán las prestaciones a los
desposeídos.
Eso si, estas acciones serán arropadas
bárrocamente por bonitas palabras y argumentos del tipo de “todo por el país” “más adelante podremos
hacer lo que habíamos prometido”, “es el momento de sacrificarnos para no
perder más...”
La cuestión es que el arquero guarda sus
flechas una vez más
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