jueves, 7 de junio de 2012

DIOS Y EL HOLOCAUSTO










DIOS   Y   EL   HOLOCAUSTO





Me sorprende el hecho de que se pueda discutir con toda libertad sobre la existencia o no de Dios.
  Y no sucede nada.
Y algunos  aventuran la hipótesis de que Dios  tal vez sea mujer. Ohoooo. Y, si fuese mujer, incluso podría ser negra…U oriental.  Aunque también podría ser un hippie, un marginado…
  Se aceptan  casi todas las variantes.
  Y no pasa nada.
Y aparecen otros afirmando que Dios no existe; no es más que una invención de los Amos, de los Dirigentes, para distraer y amansar  al pueblo.
  Y no pasa nada.
  Sin embargo, no se puede debatir, ni mucho menos dudar, ni en lo más mínimo, de los hechos del Holocausto que padecieron millones de personas del pueblo judío; no se puede mover ni la más mínima pieza de la estructura historiada del terrible Holocausto. NI pensarlo.
Aquellos que lo intentan padecen toda clase de represiones: pierden su trabajo, son marginados de los medios de comunicación, reciben toda clase de adjetivos descalificadores de los habituales  colaboradores de los Medios…
  Entonces, ¿quiere esto significar que se da más importancia al Holocausto que a Dios?.
¿O que es más frágil y por eso hay que preservarlo de cualquier tipo de debate?.
   Creo, no con total seguridad, que lo más conveniente para la buena  salud  y buen funcionamiento de los órganos de la civilización, que se deberían  tratar todos los temas de nuestra sociedad, por muy punzantes que resulten, y siempre con el debido respeto  mutuo de quienes intervengan en el debate y aquellos que se sientan afectados.
  Pero no resulta justo que algunos se adjudiquen el eterno papel de víctimas y que les sirva como paraguas para alcanzar sus fines, que, en ocasiones, tal vez puedan ser reprobables, incluso en grado extremo, y que pretendan hallarse en posesión de la Razón en todo momento y que sus medios de conseguir los objetivos prefijados están, siempre, justificados. No tolerando el menor debate acerca de sus acciones.
todos somos tripulantes de  planeta  Tierra.
   

SÍ QUE HAY DINERO














NO hay Dinero para pagar la Sanidad de los españoles.
NO hay Dinero par pagar el sistema educativo de los españoles.
Y a partir de muy pronto tendremos que pagarnos una parte de nuestra forzosa estancia en un hospital, porque no hay bastante Dinero para cubrir los gastos imprescindibles que debe de realizar un enfermo en un hospital o el convaleciente de una operación quirúrgica; es decir, que, además de pasar los malos momentos lógicos de una enfermedad, y la zozobra del paciente y la angustia de sus familiares y  allegados, tendremos que padecer por si podremos hacer frente o no a pagar lla cuenta del  hospital.
  Porque, Dicen los Gobernantes, que no hay suficiente Dinero para seguir pagando esos  gastos.
   Pero SI que hay Dinero para salvar a los bancos.
Y ese Dinero sale de los impuestos, directos  o indirectos; que hemos pagado.
  Y el destino que dan los Gobernantes a nuestros dineros es ayudar a los bancos
  Dejando que las personas vayan cayendo en la miseria
  Robando a los trabajadores los Derechos laborales que adquirieron a lo largo de  años de sacrificios y  esforzadas  contiendas con representantes de las empresas.
   Resulta que SÍ que hay Dinero.
  Pero es para los Bancos.
   Para los ciudadanos hay Sacrificios.
  Y  los Gobernantes que tenemos nos dicen, con gesto y voz solemne, que, A partir de ahora, Dentro de unos años, si SEGUIMOS SACRIFICÁNDONOS, tal vez , estaremos un POCO mejor.
¿Para esto hemos elegido a unos Representantes Nuestros?
Son absolutamente Indignos de nuestra confianza.  Son unos Incapaces que sólo saben  arrodillarse ante el Poder de los financieros  ( a ellos  sí que les representan muy bien).
Hay que exigirles que Dimitan por incapacidad manifiesta para defender los intereses de sus representados.
  Enviemos mensajes a la dirección e-mail del Partido Popular, del PSOE, de CiU y de todos los partidos que participan en esa estafa a la mayoría de los ciudadanos exigiendo la Dimisión  de quienes participan en los gobiernos incapaces y órganos  de gestión que han fracasado en defender los intereses de los ciudadanos que confiaron en ellos.